200 gr de felicidad

Ojalá hubiera un libro de cocina para la vida. Sería genial poder seguir las instrucciones, realizar una mezcla con los ingredientes y poder disfrutar del resultado. Tendríamos un montón de recetas para cada situación y podríamos salir airosos de aquellas amargas.

Imaginaros...200 gr de alegría, 1 cucharada de ilusión, 3 lágrimas y cuarto y mitad de felicidad. Desconozco el resultado de esta mezcla pero por aquello de que en la cocina si está bueno por separado, puede estar bien en su conjunto, imagino que no debe estar mal.

Cuando me fuí de casa de mis padres, después de mi correspondiente curso intensivo de cocina durante el verano previo, llevaba un montón de papeles con las lentejas de mama, la tortilla de patatas de papa, la fórmulá mágica para los tomates fritos y unas cuantas técnicas de coción. Iba con la cocina de casa en una carpeta. Creo que en los 8 años que hace de eso no he logrado que ningún plato me salga igual que en casa.

En mi cocina, como en la vida, las recetas son de uno mismo. Las que inventas, las que adaptas, las que cocinas con lo que tienes a mano, las que salen horribles, las que son para 2 y salen para 4, las que quedarón mejor que las de casa y las que nunca llegarán a volver a realizarse...receas, recetas, recetas.

Desearía encontrarme con ese libro de recetas para la vida...pero no quiero, aunque reconozca que en muchas ocasiones desearía saber que ingrediente escoger y en qué cantidad.

Me gusta mi cocina, la de dentro y la de fuera...y en ella quiero seguir cocinando, inventando, creando platos que entiendan de sabores dulces, agrios, salados, exquisitos...e inventarlos y reinventarlos...como mi vida.