Por mucho que busque en mi memoria...creo que no encontraré un concierto tan estupendo como el que nos brindó Fito el pasado Viernes. No hay palabras. Tres horas dando saltos, coreando las canciones y pidiendo más.
Me encantan las tardes de concierto, es algo que no puedo evitar. Unos que llaman, otros que van llegando, los más que llevan de tapitas y cerveza desde las 17:00. Quedar allí, recoger a la panda, hacer ruta de tapeo y cerveza. Porque a los conciertos hay que ir bien hidratados, que despés se suda mucho y vienen las lipotimias. Así que los 2, 4, 7, 12, 15...y los que se fueron sumando logramos ingestar una cantidad de hidratos de cebada y trigo considerables.
Suenan los primeros acordes, el pabellon se cae. Botar, botar, botar....y no parar.
Esplendido el momento acustico que nos regaló en mitad del concierto. Sonidos puros para baladas lentas, letras profundas y corazones abiertos.
En cada letra un pensamiento, en cada salto una pena menos, en cada gesto millones de gracias a esta maravillosa banda.
Ha sido el principio, he abierto la veda de nuevo.
Me espera una primavera interesante: conciertos, excursiones, visitas, encuentros y reencuentros.
Voy a reinventarme, a ver si lo consigo.
Fito y cía. Nos vemos en Granada el 28.
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